El sendero de la alegría y la liberación

Las cuatro nobles verdades del Buda incluyen la verdad de que el óctuple sendero representa la salida del sufrimiento. No se trata tan sólo del sendero hacia la felicidad, afirma la Hermana True Dedication, sino de la felicidad en sí misma.

Sister True Dedication26 February 2024
Photo © sanderstock / stock.adobe.com

Cuando Siddhartha Gautama impartió su primera enseñanza tras la iluminación, la dirigió a cinco amigos en el parque de los venados de Sarnath, no muy lejos de Benarés, en el valle del Ganges. Deseoso de transmitirles la esencia de su descubrimiento, cristalizó su comprensión en lo que se conocería como las cuatro nobles verdades. Entre ellas se encuentra la verdad de la salida del sufrimiento, conocida como el noble óctuple sendero: visión correcta, pensamiento correcto, habla correcta, acción correcta, modo de vida correcto, esfuerzo correcto, atención correcta, y concentración correcta.

El óctuple sendero ofrece una forma de alcanzar el despertar tal y como lo hizo Gautama. Esta comprensión no fue el resultado de la reflexión o el estudio; tampoco se trata de un credo o doctrina filosófica. Fue el fruto de la experiencia directa y el logro contemplativo del propio Gautama, y transmitió un sendero que trazó un “camino intermedio” entre los dos extremos del ascetismo y la indulgencia. Se trataba de un camino, pensaba él, capaz de guiar a cualquiera hacia el logro de la comprensión, la liberación y la paz.

Como especie, seguimos luchando por encontrar un camino intermedio, por conducirnos con sabiduría entre los extremos del fanatismo, la avaricia, el nihilismo, la ira y la desesperación. La antigua sabiduría del óctuple sendero ofrece ocho matrices que son poderosamente relevantes hoy en día como guía para ayudarnos a navegar por estos extremos y aportar una dirección significativa a nuestras vidas, acciones y relaciones cotidianas.

Todos los elementos del óctuple sendero se interconectan. No se puede extraer a uno solo del contexto del sendero. Así, por ejemplo, si sustraemos la atención plena del contexto ético del sendero, ya no es atención plena correcta. Los ocho elementos están interrelacionados y son interdependientes. Se acentúan entre sí. Al practicarse profundamente, cada elemento del camino contiene a los otros siete en su interior, y se complementan entre sí para crear un sendero completo hacia la liberación.

Mi maestro, Thich Nhat Hanh, me enseñó que la atención plena correcta está en el corazón del óctuple sendero. Así, con la energía de la atención plena como fundamento, somos capaces de desarrollar la concentración correcta. Esto da lugar a la comprensión o “visión correcta”, que Thich Nhat Hanh describió como la “comprensión del interser”. Es esta visión profunda del mundo la que nos guía hacia una vida ética y beneficiosa a través del pensamiento correcto, el habla correcta, la acción correcta, el modo de vida correcto, y el esfuerzo correcto. Así, cuando generas la energía de la atención plena, te concentras de manera natural en el objeto de tu atención, ya sea tu respiración, tu cuerpo, la puesta de sol o la presencia de la persona que tienes enfrente.

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Las energías de la atención plena y la concentración dan lugar de forma natural a la comprensión, a la visión correcta. Alcanzas la comprensión del inter-ser entre tu respiración y la tierra, o entre tu cuerpo y tus antepasados y descendientes, o entre tu corazón y el sol en el cielo. Te das cuenta de que existes en relación con la persona que tienes ante ti.
Esta comprensión del inter-ser nos ayuda a alcanzar la paz, la alegría y la libertad.

Ahora, con la energía de la atención plena, la concentración y la comprensión, tu pensamiento será naturalmente un pensamiento correcto.

Se verá libre de discriminación y separación, y sobre la base de ese pensamiento, tu habla será correcta y tu acción será también correcta.

Al cultivar la diligencia correcta (o esfuerzo) en ese momento, serás capaz de ver y calmar cualquier semilla nociva que pueda activarse en tu conciencia, tal como la ira o la desesperación, e identificar y activar las semillas positivas, como la gratitud y la compasión. Con todas esas energías vivas en ti, la forma en que emplees tu tiempo, energía y trabajo —tu medio de vida— será “correcta”. Será de beneficio para ti y para todos los que te rodean.

Por supuesto, si existe lo “correcto”, también debe existir lo “incorrecto”. Las enseñanzas del Buda afirman que hay una forma correcta y otra incorrecta de hacer las cosas. Hay una distinción, por ejemplo, entre “atención plena correcta” y “atención plena incorrecta”, entre “concentración correcta” y “concentración incorrecta”, entre ” habla correcta” y “habla incorrecta”.
Hay una forma de practicar la atención plena, la concentración y las demás que va en la dirección de la sanación y el bienestar, y hay una forma que va en la dirección del daño y el malestar.

Aquí es donde la ética entra en todos los aspectos del óctuple sendero. El camino incorrecto existe: es el camino “innoble” de la visión incorrecta, el pensamiento incorrecto, el habla incorrecta y la acción incorrecta que nos lleva al sufrimiento a nosotros mismos, a los demás y al planeta. Es la razón por la que estamos en el estado en que nos encontramos. Y es el motivo por el cual tenemos que encontrar otra forma de ser.

Te preguntarás: ¿cómo puede existir una forma incorrecta de practicar la atención plena? Seguramente toda forma de atención plena ha de ser beneficiosa. En 2014, el último año de enseñanza de Thich Nhat Hanh, habló sobre la importancia de no diluir ni apropiarse de la atención plena a medida que se difunde en Occidente y llega a nuevos públicos y entornos. Explicó que la primera forma de distinguir la atención plena “correcta” de la “incorrecta” es darse cuenta de que la atención plena correcta no es un instrumento o una herramienta, sino un camino, un sendero. No puede utilizarse como el medio para alcanzar un fin.

Sin embargo, muchos de nosotros hablamos de la atención plena como una herramienta. Decimos que con la atención plena podemos sanar, con la atención plena podemos reconciliarnos, con la atención plena podemos ganar más dinero y, al aplicar la atención plena en el ejército, con la atención plena podemos matar al enemigo con mayor eficacia. Apropiarse de la atención plena de este modo es instrumentalizarla. Si se utiliza como el medio para alcanzar un fin, ya sea el lucro, el éxito o incluso el aparente “beneficio”, la atención plena pierde su verdadero y auténtico espíritu. De hecho, si se extrae cualquiera de los ocho elementos del contexto ético más amplio del sendero, deja de ser “correcto”.

La imagen del “sendero” o “camino” es esencial para la espiritualidad budista y, sin embargo, puede suponer un reto para quienes hemos sido educados en países capitalistas occidentales. Preferimos que haya un objetivo, un destino, un programa claro. Posiblemente estemos buscando un momento poderoso y final de “gracia” o “logro”. Pero como Thich Nhat Hanh juguetonamente nos cuestionaba: “¿Por qué nunca me han preguntado si el Buda siguió practicando después de la iluminación?”.

El óctuple sendero no es tan lineal como circular, por lo que a menudo se concibe más como una rueda de ocho radios que como una lista. La mente educada en Occidente puede tener dificultades con esto. Queremos saber dónde empezar y dónde acabar. Queremos saber qué elemento es más importante.

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La rueda del dharma de ocho radios simboliza el óctuple sendero. Fotografía: godongphoto / shutterstock.com

Pero en sus últimos años de enseñanza, Thich Nhat Hanh revisó su traducción del óctuple sendero para que no fuera simplemente “el sendero que conduce a la felicidad”, sino “el sendero de la felicidad”. Enseñó que, en el verdadero espíritu de la visión del interser, cada paso en el sendero que conduce a la felicidad debe ser la felicidad misma. Si sufrimos a lo largo del camino, ya hemos perdido la partida.

Esto es una fuerte medicina para la tendencia occidental a sacrificar los medios por un fin, y para la profunda energía de carrera y esfuerzo propia de nuestra cultura. Y son buenas noticias. El óctuple sendero no es un sendero de espinas y sacrificios. No hay que apretar la mandíbula ni rechinar los dientes. Hay arte y poesía en el sendero de la práctica espiritual. En cada paso de nuestro viaje podemos llegar a nuestro destino. En cada paso podemos alcanzar la felicidad, la paz y la libertad.

Es cierto que, en un momento dado, un aspecto del sendero puede sobresalir más que otro. Puede que pasemos algunas semanas o meses desarrollando la concentración y la quietud adecuadas. O en otras ocasiones en las que nos centramos más en transformar los hábitos del habla, o en reorientar nuestros modos de vida para que estén más en sintonía con nuestra aspiración. Estas cosas requieren tiempo para nutrirse y madurar, y no pueden suceder de golpe.

Por otra parte, puede haber algunos entornos, tan sencillos como el lavado de platos, en los que podemos implementar activamente los ocho elementos a la vez, y alcanzar la alegría y la libertad justo en el corazón de nuestra vida cotidiana. Todos los aspectos del camino pueden implementarse en el corazón del momento presente: no es necesario practicar durante diez días o diez años para llegar a la comprensión.

Supongamos que hoy tienes que lavar los platos. De pie frente al fregadero, generas la energía de la atención plena: atención al cuerpo y a la respiración, a los pies en el suelo y a las manos en el agua. Al exhalar puedes liberar la tensión del cuerpo, los hombros y la cara, y estar plenamente presente para ti, para los platos y para la maravilla de la vida en este momento.

No tienes prisa por lavar los platos rápidamente para poder dedicarte a otra cosa. Te encuentras con el milagro de la vida, que incluye los platos. Al cabo de unos instantes, empiezas a concentrarte y, al mirar profundamente el agua, el jabón, la esponja y el plato, puede surgir de forma natural la comprensión. ¿Puedes ver la galaxia en la cuchara? ¿Puedes ver las montañas en el plato? ¿Puedes ver las manos de tus abuelos en las tuyas?

Con este tipo de comprensión, tu pensamiento será un pensamiento correcto. No pensarás: “¿Por qué siempre soy yo quien tiene que lavar los platos?”. Al disfrutar de cada aspecto de lavar los platos y limpiar, nuestro pensamiento, habla y acción llevarán la comprensión del interser, la compasión y la no discriminación.

Con estas energías en ti, podrás manejar las reacciones o frustraciones a medida que surjan y generar gratitud, paz y libertad. En ese momento, no discriminarás entre “trabajo” y “vida”. Cada parte de la vida pertenece al milagro de estar vivo. Y en ese momento, penetras en la matriz del óctuple sendero, logras la comprensión del Buda en tu propia vida, y alcanzas la paz, la libertad, la alegría y la felicidad justo en el corazón del momento presente.


ACERCA DE LA HNA TRUE DEDICATION

Antes de ordenarse, la Hermana True Dedication, trabajó como periodista para BBC News en Londres. En la actualidad edita libros de Thich Nhat Hanh, entre ellos Zen and the Art of Saving the Planet (Zen y el Arte de Salvar el Planeta) y The Art of Living (El Arte de Vivir).


ACERCA DE ESTEFANIA DUQUE (TRADUCTORA)

Estefania es licenciada en Lenguas Modernas e Interculturalidad por la Universidad De La Salle Bajío. Creció en la calidez de la comunidad budista de Casa Tibet México y actualmente cursa un Programa de Formación de Traductores de Tibetano en Dharma Sagar, con la aspiración de traducir el Dharma directamente del tibetano al español.

Sister True Dedication

Before Sister True Dedication ordained, she worked as a journalist for BBC News in London. She now edits books by Thich Nhat Hanh, including Zen and the Art of Saving the Planet and The Art of Living.