Hace algunos años, me enamoré de la persona que, creía, era mi alma gemela. Teníamos sentimientos profundos uno por el otro, sin embargo no sabíamos cómo hacer que nuestra relación funcionara. Terminabamos nuestra relación y nos reconciliábamos una y otra vez. A veces él conocía a otra mujer, salía con ella, y después de un tiempo terminaba su relación. Luego regresaba conmigo, esperando retomar en donde nos habíamos quedado. ¿Qué crees que yo hacía? Esperaba por su regreso, una y otra vez, hasta que un día, él no volvió más.
Esta ruptura tenía que suceder tarde o temprano. Yo no me conocía a mi misma lo suficiente, no conocía mi valor inherente. No sabía cómo establecer mis límites emocionales.
Ya han pasado muchos años. En este momento estoy enteramente agradecida por esa experiencia ya que la herida me ayudó a abrirme y me guió hacia el camino en el que estoy. Estudié psicología espiritual, encontré el dharma y tomé refugio. Durante mi proceso de sanación, me encontré con las enseñanzas budistas de los brahmaviharas; las cuatro moradas divinas: metta (amor bondadoso), karuna (compasión), mudita (alegría empática) y upekkha (ecuanimidad). Practicar con estos cuatro estados de la mente me ayudó a navegar en mis relaciones personales, y por fin pude ver la luz después de muchos años de dolor. Los brahmaviharas se han convertido en mi morada, donde me siento en paz y completa.
Ahora, como maestra de mindfulness y consejera de vida, conozco a incontables personas quienes están en relaciones fuera de balance, ya sea con sus colegas de trabajo, familia, amigos o parejas románticas. La falta de límites se manifiesta en una miríada de maneras. Muchos de nosotros hemos desarrollado la creencia de que debemos ser amables en extremo, satisfacer constantemente o escapar de los sentimientos de no-ser-suficiente. Esta falsa creencia puede conducir al resentimiento, la ira y la vergüenza.
Los límites nos permiten sentirnos seguros y empoderados en nuestras relaciones. En cada situación, el establecer límites es un acto de compasión que involucra valor, consistencia y saber lo que uno quiere. Dale prioridad a establecer unos límites firmes y compasivos, y a comunicarte auténticamente con los demás. Esto es esencial para lograr tu bienestar y felicidad.
Para ayudarte a establecer mejor tus límites, aquí están algunas sugerencias basadas en los cuatro brahamaviharas.
Metta: Amor bondadoso
La meditación de metta puede ayudarte a hacerte amiga y valorarte a ti misma, y, por ende, ser de apoyo para establecer tus límites.
Para practicar la meditación de metta, siéntate o recuéstate de un modo cómodo y procura entrar en una sensación de relajación. Toma dos o tres respiraciones profundas con exhalaciones completas y lentas. Deja ir cualquier preocupación o pensamientos del pasado o del futuro. Trae a tu cuerpo una sensación de estabilidad y quizás imagina que tu respiración se mueve a través de él, llenando tus pulmones y el área de tu corazón.
Ponte en contacto con un sentimiento de amor bondadoso hacia ti misma y ofrece las frases siguientes: “Que yo sea feliz. Que yo esté sana. Que yo esté segura. Que yo esté en paz y en bienestar.” Mientras dices estas frases, permítete recibir las buenas intenciones que expresan.
Después de un tiempo dirigiendo el amor bondadoso hacia ti misma, trae a tu mente a un amigo o a alguien en tu vida quien ha cuidado de ti. Luego, lentamente repite las frases de amor bondadoso: “Que tú seas feliz. Que tú estés sano. Que estés seguro. Que estés en paz y bienestar”. De nuevo, trata de sentir las intenciones de desearle a alguien el bienestar desde el corazón. Si surgen sentimientos de amor bondadoso, permanece con ellos.
A medida que continúas con la meditación, trae a tu mente a otros seres amados, así como a un amigo o una mascota; una persona neutral, así como un vecino; una figura espiritual quien sea especialmente significativa para ti y, finalmente, personas con quienes tienes alguna dificultad. Para cada persona, repite las frases “Que seas feliz. Que tengas salud. Que estés seguro. Que estés en paz y bienestar”.
Es importante saber que a veces mientras practicamos meditación de metta, pueden surgir sentimientos difíciles, incluyendo vergüenza, pena e ira. Si experimentas alguno de estos, ten en cuenta que es completamente normal. Tanto como te sea posible, nota lo que estás sintiendo y estáte con ello -con paciencia, aceptación gentil y amabilidad. Si te es muy difícil quedarte con estas emociones, puedes elegir el dirigir tu amor bondadoso a una persona diferente, o dirigirlo hacia el pensamiento conflictivo, o tomar una pausa. Siempre tienes opciones.
Practicar la meditación de metta puede ayudarte a reconectar contigo mismo y con otros y a reconstruir tu autoestima, una etapa amorosa en cada paso. El practicar amor bondadoso hacia ti mismo te ayudará a identificar y aclarar tus necesidades. Cuando expresas tus límites, la claridad es esencial; sé específico acerca de tus necesidades cuando hables con los demás (y contigo mismo). Está bien decir no. Dale prioridad al cuidado de ti y trabaja en tu sanación personal. Pregúntate, “¿En dónde necesito poner límites? ¿Por qué?”.
Karuna: Compasión
A medida que el corazón empieza a abrirse, la compasión nos permite sostener nuestro dolor (ya sea emocional, físico, mental y espiritual) en un campo de aceptación. Nos volvemos más conscientes de nuestro propio malestar y del de los demás, aumentando nuestra capacidad para sentir empatía.
Sintonízate con tus emociones. Ve a su encuentro con amabilidad, gracia y aceptación. Incluso cuando una emoción difícil surge, ve a su encuentro con compasión, lo mejor que puedas. Obsérvala sin negar, rechazarla ni aferrarte a ella. Pregúntate: “¿Por qué me siento así?”
Practicando con compasión, vas a aprender a sostener tu dolor de un modo amable y gentil. Esto te permite ver nuestra experiencia completa desde un ángulo distinto, y por ello ganamos un entendimiento profundo. Vas a entender las causas que te llevaron a abandonarte y a traicionarte.
Los límites personales son guías amorosas que te pueden ayudar a no perderte en el mar de las necesidades de los demás, los sentimientos, las opiniones y las expectativas de otros. Al establecer nuestros límites, no sólo estás siendo compasivo contigo mismo, estás siendo lo suficientemente generoso con la otra persona, ya que estás siendo realmente honesto con él o ella. Esta honestidad es también un acto de compasión.
Mudita: Alegría empática
Mudita, que es la práctica de encontrar la alegría y el júbilo en la felicidad de los demás, es como una flor abierta, irradiando belleza, gracia y contento o alegría. A medida que empezamos a apreciarnos a nosotros mismos, cuidando de nuestras emociones, expresando nuestras necesidades, y dándonos cuenta de que tenemos la voluntad de procurar nuestras necesidades, naturalmente experimentamos más alegría, gratitud y felicidad, incluyendo mudita. Pregúntate: “¿Cómo me quiero sentir en relación a mí mismo y a los demás?”
Upekkha: Ecuanimidad
La ecuanimidad es un estado de estabilidad psicológica y autocontrol. La ecuanimidad nos permite “ser” con lo que sea que surja, más que estar peleándonos en su contra. Estamos bien con la vida, de cualquier modo que se desenvuelva.
La ecuanimidad te puede asistir en tus esfuerzos por permanecer consistente cuando establezcas fronteras para ti misma y para los demás. A medida que aprendes a establecer tus límites, a veces las cosas no van a ir del modo que anhelabas. Quizás batalles con el pensamiento de decepcionar a otros, y quizás te cueste trabajo encontrar las palabras para comunicar tus necesidades. Todo esto es una parte natural del proceso.
Establecer mejores fronteras y límites va a tomar tiempo y esfuerzo, pero tu consistencia va a valer la pena, será compensada. La confianza y el auto-respeto surgirán también.
ACERCA DE ELIZABETH HERNANDEZ-STOMP
Elizabeth Hernandez-Stomp es una consejera o coach de vida certificada y maestra de mindfulness. Forma parte del InsightLA’s Equity, Diversity, and Inclusion Committee.
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